viernes, 12 de junio de 2015

"La Cartuja de Parma". Stendhal.





Si tuviera que definir en pocas palabras esta obra, diría que es una novela donde se habla de amor y de tramas político-palaciegas. Todo ello con el estilo característico de Stendhal. 

Fabricio, el protagonista, es un joven con muchísimas ganas de vivir aventuras, y realmente las vive, pues su vida acaba siendo muy intensa. Lucha en la guerra junto a Napoleón,  donde prácticamente se cuela sin estar alistado, se enamora, es encancerlado, se hace cura... mil aventuras y desventuras, y sobre todo su búsqueda constante del amor verdadero... Todo ello en una sociedad donde la hipocresía impera: matrimonios de conveniencia, amantes, clero, políticos que buscan medrar por encima de todo, intrigas palaciegas...  Y en medio de todo esto Fabricio, al que se nos describe como "uno de los hombres más atractivos de Italia", y del que se enamorarán dos mujeres, una joven y otra entrada en años (40 años en aquél entonces ya era sinónimo de mujer mayor).

El final es bastante precipitado, para lo extensa y prolija en detalles que es la novela. El editor obligó a Stendhal a abreviar y reducir páginas al final. Aún así, es una obra de arte. 

El autor: Stendhal. (Grenoble, 1.783-1.842)

Henry Beyle, más conocido con el seudónimo de Stendhal, representante de la corriente del Realismo.
Rojo y negro y la Cartuja de Parma son sus dos novelas más conocidas.

Biografía de Stendhal en wikipedia.










Año de publicación: 1.839.


Fragmento: 

"El lago de Como, se decía, no está rodeado, como el lago de Ginebra, por grandes parcelas de terreno bien cercadas y cultivadas con los mejores métodos, cosa que recuerda el dinero y la especulación. Aquí veo por todos lados colinas de altura desigual cubiertas de grandes castaños plantados por el azar, y que la mano del hombre todavía no ha estropeado y obligado a arrendar. En medio de estas colinas de formas asombrosas que se precipitan hacia el lago con unas cuestas tan raras, puedo conservar toda la ilusión de las descripciones del Tasso y del Ariosto. Todo es noble y tierno, todo habla de amor, nada recuerda la fealdad de la civilización. Los pueblos situados a media ladera quedan tapados por grandes árboles, y sobre las cimas de los árboles se eleva la graciosa arquitectura de sus bellos campanarios. Cuando algún pequeño campo de cincuenta pasos de ancho viene a interrumpir de vez en cuando los grupos de castaños y de 
cerezos silvestres, la vista satisfecha ve crecer allí plantas más vigorosas y acertadas que en otros sitios. Más allá de aquellas colinas, cuya cumbre ofrece retiros que quisiera uno habitar todos, la vista asombrada descubre los picos de los Alpes, siempre cubiertos de nieve, y su austeridad severa le recuerda lo justo de las desgracias de la vida para aumentar la delicia presente. El sonido lejano de la campana de algún pueblecito escondido bajo los árboles hiere la imaginación: aquel sonido traído sobre las aguas, que lo suavizan, se tiñe de dulce melancolía y de resignación, y parece decirle al hombre: la vida se escapa, así que no desprecies la felicidad que se te presenta, apresúrate a disfrutarla.  El lenguaje de aquellos sitios maravillosos, que no tienen igual en todo el mundo, le devolvió a la condesa su corazón a los dieciséis años. No concebía cómo había podido pasar tantos años sin volver a ver el lago."





jueves, 11 de junio de 2015

"La sonrisa etrusca". José Luis Sampedro.

 
 
Cuando te hablan muy bien de un libro, o de una película, se corre el riesgo de que al final te acabe decepcionando. Pues ésto ha sido lo que me ha pasado con "La sonrisa etrusca". Leí opiniones poniéndolo por las nubes, de que la historia era conmovedora, tierna, inolvidable, etc etc, y creo que doy la nota discordante.

Para empezar, el protagonista no me cae bien  en ningún momento de la historia. Qué le vamos a hacer, por más que he intentado cogerle cariño al personaje, no me ha dado motivos. Encarna a un señor con mentalidad antigua, machista, cerrado de mente, y que en ocasiones roza hasta la misoginia. Eso sin contar del odio acérrimo que tiene a su paisano el Cantanotte , al que desea que se muera antes que él. Está enfermo terminal y se encariña con su nieto, que es un bebé, pero ni con ésas consigue el personaje que me simpatice.

El estilo de Sampedro es muy bueno, y el libro está bastante bien escrito. Pero la historia está contada para conmover al lector, y conmigo no lo ha conseguido.

Aparte de lo anterior, trata de cómo afronta sus últimos días un anciano enfermo de cáncer, cómo disfruta de su nieto y cómo vive una tierna historia de amor con una viuda, Hortensia,  a la que conoce casualmente. Ésta es la parte romántica de la novela y tal vez la de más grata lectura. Con todos los ingredientes de un amor en la tercera edad.
 
Mención especial merece su relación con la nuera,Andrea,  con la que está obligado a convivir, ya que debido a  su enfermedad, "la bicha" como él la llama, tiene que irse a vivir a Milán con su hijo. Se siente incómodo tanto en la casa (salvo por el niño), como en la gran ciudad, y echa de menos su pueblo.
 
Por último,  se hace un homenaje a la sabiduría de los ancianos, colaborando el protagonista en un estudio sociológico en la Universidad y dejando a todos los eruditos del departamento asombrados de la sapiencia de un sencillo hombre de pueblo, de un campesino sin estudios.
 
En fin, una novela que me ha decepcionado un poco, pero que está muy bien valorada por la crítica y que literariamente tiene un gran calidad.
 

El autor: José Luis Sampedro. (Barcelona 1.917 - 2.013)
 
 
 



Fecha de publicación: 1.985


Fragmento:

Con el nieto en brazos taconea ritmos antiguos e inicia una danza. Su palabra susurrante augura futuros triunfos para Brunettino. Su voz crece poco a poco, se torna la de un profeta y su danza es la de dos derviches. El niño ríe, chilla jubiloso. El viejo gira como los planetas, se hace viento y montaña, ofrenda y sortilegio. Danza en medio del bosque, a la luz de la hoguera crepitante, recibe la bendición de las estrellas, escucha el lejano aullido de los lobos, que temen acerarse porque Bruno y su nieto son fuerzas invencibles, antorchas de la Tierra, señores de la vida.