lunes, 5 de mayo de 2014

"Últimas pasiones del Caballero Almafiera". Juan Eslava Galán.

Hoy dedicaré la reseña a la novela histórica "Últimas pasiones del Caballero Almafiera", de Juan Eslava Galán, ambientada en la batalla de las Navas de Tolosa (1.212)




Mi opinión:
Es una novela que engancha desde el primer momento y de las que se pueden leer en un par de sentadas.
Ambientada en la batalla de las Navas de Tolosa (1.212), trata del amor adúltero entre  Doña Eliabel y el Caballero Gualberto de Marignane (Almafiera), en los días en que se prepara y desarrolla la batalla de las Navas de Tolosa.
El Caballero Gualberto, infanzón de la Provenza, acude a  España a  reclamar un feudo que le ha arrebatado injustamente D. Hugo de Tours. Para ello, se mete de lleno entre las huestes que preparan los distintos reyes de España para combatir contra los moros.
Por otra parte, Doña Eliabel es maltratada física, psíquica y sexualmente por su cruel marido D. Hugo de Tours. Cuando conoce a Gualberto, el amor surge entre ellos, desarrollándose una relación adúltera y muy apasionada.
De fondo, tenemos los días previos a la batalla de las Navas de Tolosa, y el desarrollo de la misma, contada con muchísimos detalles.
Eslava Galán demuestra sus grandes conocimientos históricos y lo bien que se documenta cuando escribe una novela, ya que narra con gran profusión de datos históricos sobre la época y sobre el evento en particular.
El tono narrativo es peculiar, muy acorde con la época en la que transcurre la novela, y además el sentido del humor del autor es protagonista, lo que hace que al leerlo se te escape alguna sonrisa. La descripción de algunas escenas de contenido sensual son bastante divertidas.
Hay un personaje secundario que quiero destacar, y es la monja Doña Ermengarda, que es amiga y consejera de Doña Eliabel. Es el personaje más sensato y que aporta cordura y sabiduría (la que da la experiencia de la vida). Es el gran apoyo que en su pasión adúltera tiene Doña Eliabel. Según nos aclara Eslava Galán en unas de sus anotaciones en la novela, en aquella época el voto de castidad de las monjas, en fin, no es lo que conocemos hoy día, y Ermenganda tenía con quién aliviar sus calores. Esto aporta cierto morbillo a la historia.
El personaje del califa Miramamolín, que es el que manda entre los musulmanes, es también digno de mención, pero no os diré más sobre el tema, para que lo leáis.
En cuanto a la ambientación, uno se siente transportado a la época, ya que nos cuenta las costumbres y forma de vida de aquellas gentes, y los entresijos que se traían entre los Reyes de los distintos reinos.
En cuanto al otro bando, los moros, el autor no es nada imparcial (no tiene por qué serlo, y se agradece), y además de narrar sus costumbres, formas de ser y estrategias bélicas, consigue poner al lector  en contra de ellos, a los que hay que echar de España después de tantos años de invasión.
Resumiendo, una novela con mucho rigor histórico, y además, muy entretenida. La batalla está claro como acaba, así que no es una sorpresa, pero del apasionado amor de Doña Eliabel y Almafiera no diré nada, para que seáis vosotros los que lo descubráis cuando leáis el libro.
¿Recomiendo este libro?
 Sí. Si al lector le gusta la novela histórica, ésta le gustará. Si este género no es de sus favoritos, también, porque se hace muy amena la lectura y, sin darse uno cuenta, queda empapado en la época y en la España del siglo XIII. Sólo conociendo la historia, podemos comprender lo que somos.
El libro está narrado en un estilo que, sin ser castellano antiguo, es un tanto arcaico,  pero que no se hace aburrido, sino todo lo contrario, con expresiones muy castizas castellanas, y con mucho humor y sensualidad.
(Hay otro libro que también recomiendo y me encantó, ambientado igualmente en la batalla de las Navas de Tolosa, que se titula "La cajita de lágrimas", de Ángeles de Irisarri. Tal vez le dedique una entrada en otra ocasión).
El autor:
Enlace  a su biografía:
El fragmento:
 "Duérmete, se dice. No pienses en una mujer, mucho menos si está casada. Dedica tus fuerzas a recuperar lo tuyo. Cuando tengas Marignane, ya veremos la deriva del vivir. Quizá el arzobispo Amalarico te compense".
Rememora el caballero la carcomida torre de Marignane, que su hermano dejó arruinarse por mengua de reparos. Se asoma en su pensamiento a las cuadras vacías sin caballos, a los cabalhustes sin sillas, a los graneros saqueados, a los lagares secos sin olor de bodega, al muro aportillado del que los vecinos roban las piedras...Todo lo ve decaído y arruinado.

/.../ Si existe la comunión de las ánimas en la distancia, como aseguran los trovadores, esta noche dos almas velan soñando encontrarse. La esposa de Tours moja la almohada en quedos sollozos, ceñida por el pesado brazo del bruto que ronca a su lado. Con las primeras luces del alba concilia el sueño. Ya luce la luz del día cuando la despierta una caricia.


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