viernes, 14 de noviembre de 2014

"En el café de la juventud perdida". Patrick Modiano.



Tenía ganas de leer al nuevo Premio Nobel de Literatura. Y me he estrenado con esta corta novela que te hace aparecer en las calles de París.

Tiene un toque muy melancólico y una forma de escribir pausada, sin sobresaltos, sin desvelar ni anticipar nada antes de su justo momento.
El argumento es muy simple, y es casi lo de menos en esta novela, donde yo destacaría la ambientación y los personajes, de los que tampoco se cuenta mucho, pero que ahí radica el mérito del autor, ya que poco a poco y con escasas pinceladas, hace un somero retrato de los perfiles de la historia.

Le Condé, la cafetería, se convierte en una referencia, una excusa, donde confluyen una serie de personas en un momento determinado de sus vidas. Y por allí apareció un buen día Louki, la chica sobre la que gira la historia y que vamos descubriendo. Todo es confuso alrededor de ella. Ni siquiera "Louki" es su verdadero nombre. 

Una historia contada por varios narradores, que se van alternando, y que no es nada convencional. No es la típica novela al uso que cuenta una historia. Es algo más. El autor consigue envolverte en una atmósfera extraña, impregnada de espíritus bohemios. Es una novela  ideal para leer en otoño. Uno de sus fragmentos: 

"A mí nunca me ha parecido el otoño una estación triste. Las hojas secas y los días cada vez más cortos nunca me han hecho pensar en algo que se acaba, sino más bien en una espera de porvenir. Hay electricidad en el aire de París en los atardeceres de octubre, en la hora en la que va cayendo la noche. Incluso cuando llueve. No me entra melancolía a esa hora, ni tengo la sensación de que el tiempo huye. Sino de que todo es posible. El año comienza en el mes de octubre. Empiezan las clases y creo que es la estación de los proyectos. Así que si Louki vino a Le Condé en octubre fue porque había roto con toda una parte de su vida y quería hacer so que llaman en las novelas PARTIR DE CERO.Por lo demás, hay un indicio que demuestra que no debo de estar del todo equivocado. En Le Condé le pusieron un nombre nuevo. Y, aquel día, Zacharias habló incluso de bautismo. Había vuelto a nacer, como quien dice."


A pesar de ciertas partes que llaman a la esperanza, por lo general la novela rezuma cierta amargura y también melancolía por el pasado que ya no volverá. 
El ambiente bohemio, la forma de vida de Louki, su matrimonio, su madre, el amigo de su madre, las reuniones esotéricas...y el concepto del "Eterno Retorno de lo mismo", tomado prestado a Nietzsche y que es desarrollado al final de la novela, son los elementos que destacan por su originalidad en esta novela.
Un buen comienzo para ir descubriendo la obra de Modiano.

Fragmento: 

"Hemos llegado a la plaza, la Place de l´Eglise, ante la estación de metro. Y allí puedo decirlo ahora que ya no tengo nada que perder, fue la única vez en mi vida que noté lo que era el Eterno Retorno. Hasta aquel momento, me esforzaba en leer obras sobre ese tema, con la buena voluntad del autodidacta. Fue inmediatamente antes de bajar las escaleras de la estación de metro Église-Auteuil. ¿Por qué en aquel sitio? No lo sé y da lo mismo. Me quedé un momento inmóvil y le apreté el brazo. Estábamos allí, juntos, en la misma plaza, desde toda la eternidad, y aquel paseo por Auteuil ya lo habíamos dado en miles y miles de vidas anteriores. No me hacía falta mirar el reloj. Sabía que era mediodía."

Año de publicación: 2.007.

El autor:













No era de los que se barajaban en las especulaciones que todos los años salen antes de la entrega del Nobel de Literatura. Pero a la Academia Sueca le gusta sorprender. Murakami creo que tendrá que esperar un poco más.






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