sábado, 30 de agosto de 2014

"Cuentos de inquietud". Joseph Conrad.






Cinco relatos, en los que Conrad despliega toda su habilidad para envolver al lector en ambientes de tierras lejanas, islas de Malasia o la  plena selva africana, narradas con su estilo tan característico del "Corazón de las tinieblas".

Algunas historias, en mi opinión, son más inquietantes que otras, pero todas brillan por la gran calidad literaria.

Las cinco historias son:


  • Karain, un recuerdo.
  • Los idiotas. 
  • Una avanzada del progreso. 
  • La laguna. 
  • El regreso. 



La que más me ha gustado ha sido la de "Karain, un recuerdo", por la originalidad de la historia. 
La de "Los idiotas" y "La laguna" me han resultado más desagradables, pero hay que tener en cuenta que el autor pretende sumergir al lector en una sensación de malestar, de inquietud como bien titula. Y realmente sí que lo consigue. Crea en el lector una sensación desagradable, de desasosiego.
"El regreso" es la más realista. Trata de las reacciones y pensamientos de un hombre ante el sorprendente descubrimiento del adulterio de su mujer, que intenta abandonarle pero regresa. Una crítica social a las costumbres y a las apariencias. Un matrimonio sin amor, de pura conveniencia, que se rompe.

Un libro muy recomendable, no sólo por la historia que cuenta cada una de las narraciones, sino sobre todo por el estilo utilizado. Literatura con mayúsculas. 
Lo ideal de este tipo de narraciones, es leerlas del tirón cada una de ellas. No son muy largas y si se leen en varias veces, pierden bastante la gracia, ya que la sensación que origina en el lector, con las interrupciones, se acaba diluyendo y no es lo mismo que leerlo de corrido.

El autor: 




Novelista británico de origen polaco (1.857- 1.924). Huérfano a los doce años, fue marino mercante desde muy joven, comerció con armas para las tropas carlistas españolas y se intentó suicidar. 
Navegó como marino por Malasia, África y los Mares del sur.
Sus novelas no son de viajes, pero suelen tener como telón de fondo los mares y ríos por los que navegó. 
"El Corazón de las tinieblas" es una de sus obras más conocidas.

Biografía de Joseph Conrad



Fecha de publicación:  1.898.


Fragmentos: 

"Un nombre extraño aviva nuestros recuerdos; las frases impresas perfuman ligeramente la humosa atmósfera de la época con la fragancia penetrante y sutil de una brisa costera que alentase bajo las estrellas de pretéritas noches; un fuego de señales brilla como una joya sobre la frente erguida de una sombría colina; enormes árboles, centinelas avanzados de bosques inmensos, levántase, vigilantes e inmóviles, sobre dormidos estuarios; una línea de blanca resaca retumba contra una playa desolada, mientras las aguas, poco profundas, espuman en los arrecifes; y sobre la superficie de un mar luminosos, salpicados en la calma del mediodía, se extienden verdes islotes, como un puñado de esmeraldas en el acero de un escudo."

"Y me pareció, durante aquel instante de espera, que el camarote de la goleta se llenaba de un estremecimiento invisible y viviente, como de sutiles alientos. Todos los espectros arrojados del accidente incrédulo por aquellos hombres que pretenden ser sabios y vivir solos y en paz, todos los fantasmas sin patria de un mundo descreído surgieron repentinamente, rodeando la figura de Hollis, inclinado sobre la caja. Todas las sombras, encantadoras y desterradas, se amadas mujeres; todos los bellos y dulces fantasmas de los ideales, recordados, olvidados, acariciados, despreciados; todos los espectros, abandonados y vituperantes, de amigos admirados, que merecieran nuestra confianza, difamados, traicionados y muertos en el camino, parecieron todos levantarse de las inhospitalarias regiones de la tierra para agolparse en el oscuro camarote, como si fuera un refugio, el único lugar, en todo un mundo de incrédulos, en el que alentase una vengadora fe..."







lunes, 11 de agosto de 2014

"Eugenie Grandet". Honoré de Balzac.

 


Hay clásicos que se pueden adaptar a nuestros tiempos mejor que otros. Algunos, al leerlos, son tan actuales, que cuesta creer que hayan sido escritos hace tantos años. Pero hay otros que son difícilmente extrapolables a nuestro mundo actual. Pues bien, esta novela pertenece al segundo grupo, al menos en un detalle que explico más adelante

Cuenta la vida de una familia de un pueblito francés, (Saumur) con unas costumbres muy provincianas, alejadas de la sofisticación parisina, donde la avaricia del padre de familia es enfermiza y llevada al máximo extremo. Pero el candor y la inocencia de su hija, Eugenia, de 22 años,  es muy poco creíble a día de hoy. 
Aún así, es una novela muy amena y de fácil lectura. 

Una avaricia extrema, una hija muy muy rica casadera, las mejores familias del pueblo (la del notario Cruchot y la del banquero Des Grassis), intentando disputarse la mano de la niña, y un primo caído en desgracia que aparece de improviso y del que Eugenia se enamora ... estos son los ingredientes de la historia. Ese amor será el origen de todas las desgracias que le vendrán a la familia, y marcará de por vida a Eugenia. Junto con la avaricia, el otro gran tema de esta novela es la fatal consecuencia que puede tener en la vida de alguien el enamorarse de la persona equivocada.  
 
Hay un personaje secundario, que es la criada Nanon, que a pesar de su fealdad, se hace muy entrañable. Cuando terminas la novela, te das cuenta de que es el único personaje "normal", cercano y humano, y cuya fidelidad y bondad tiene finalmente su recompensa.
 
La figura del avaro, el tío Grandet,  es muy  creíble, y si viviera en la actualidad, sería un gran magnate de los negocios. Hacerse pasar por medio lelo y tartamudear a propósito para que le creyeran tonto perdido, le reportó grandísimos beneficios. Multimillonario y viviendo en la miseria, es el gran retrato de la avaricia. Recuerda mucho a Harpagón de Moliére. 
 
 
El autor: 

 
Honoré de Balzac  (1.799 -1.850) Novelista francés, representante de la novela realista del s. XIX.
Su vida estuvo marcada por una infancia bastante infeliz, despreciado por su madre, y el amor adúltero que mantuvo con la condesa Hanska, para la que fue un mero entretenimiento y con la que finalmente se casó estando ya muy enfermo y a pocos meses de su muerte.
 




 

Fecha de publicación: 1.833

Fragmento: 
 
"El muchacho estaba pálido. Sus gestos, su actitud, sus miradas y el tono de su voz tenían una tristeza llena de encanto. No fingía el dolor, sufría verdaderamente, y el velo que la pena extendía sobre sus rasgos le confería ese aire interesante que tanto agrada a las mujeres. Eugenia le amó aún mucho más. Acaso también la desgracia le había acercado a ella. Charles ya no era aquel rico y guapo joven colocado en una esfera inabordable para ella, sino un pariente sumido en una espantosa desgracia. La desgracia engendra la igualdad. La mujer tiene de común con los ángeles, que los seres que sufren le pertenecen. Charles y Eugenia se comprendieron y se hablaron con los ojos solamente, pues el pobre dandy venido a menos, el infeliz huérfano se quedó en un rincón y allí permaneció mudo, tranquilo y digno; pero de cuando en cuando la mirada dulce y acariciadora de su  prima le iluminaba y le obligaba a dejar sus tristes pensamientos, a recorrer con ella los campos de la esperanza y del porvenir."